La siesta es la costumbre de dormir algunos minutos (entre 20 y 30 sería lo ideal) después de haber tomado el almuerzo, en busca de reunir energías para el resto de la jornada. La sensación de cansancio o la necesidad de reponer energías luego del almuerzo tiene una explicación física: tu cuerpo está utilizando su fuerza para hacer la digestión, lo que causa que te de un poquitín de sueño, sobre todo si el almuerzo ha sido abundante.
Es cierto que muchas veces resulta difícil poder dormir la siesta, especialmente si estás en el trabajo o en la oficina, pero cada vez más estudios demuestran los beneficios que unos minutos de recuperación pueden darle a tu cuerpo. De ser así, ¿no crees que valdría la pena que buscaras la forma de cerrar los ojos aunque sea unos minutos?
Al respecto, un estudio desarrollado por investigadores del Allegheny College en Meadville, Pensilvania, en los Estados Unidos, sugiere que una siesta durante el día de mínimo 45 minutos puede ayudar a la gente estresada a reducir su presión arterial y a proteger la salud de su corazón.
Esto no quiere decir que te acuestes a dormir toda la tarde. Por el contario, el tomar siestas largas puede modificar tu ritmo de sueño y generarte problemas para dormir durante la noche.
De hecho, algunos estudios sugieren que cuando las personas mayores toman siestas prolongadas pueden ser un indicador de algún problema del corazón, por lo cual deberían hacerse chequeos y consultarlo con su médico que descarte esta situación o pueda indicar como controlarla.