La insuficiencia cardíaca (IC) es la incapacidad del corazón de bombear sangre en los volúmenes más adecuados para satisfacer las demandas del metabolismo; si lo logra, lo hace a expensas de una elevación anormal de la presión de llenado de los ventrículos cardíacos.
Como resultado, se produce una acumulación de líquido en las piernas, los pulmones y otros tejidos del cuerpo.
La IC es un síndrome que resulta de trastornos, bien sean estructurales o funcionales, que interfieren con la función cardíaca. No debe confundirse con la pérdida de latidos, lo cual se denomina asistolia, ni con un paro cardíaco, que es cuando la función normal del corazón cesa, con el subsecuente colapso hemodinámico, que lleva a la muerte. Puesto que no todos los pacientes cursan con sobrecarga de volumen en el momento de la evaluación inicial o revaluaciones subsiguientes, se prefiere el término insuficiencia cardíaca sobre el más anticuado término insuficiencia cardíaca congestiva.
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad común, costosa, incapacitante y potencialmente mortal. En los países desarrollados, alrededor del 2 % de los adultos sufren de insuficiencia cardíaca, pero aumenta en los mayores de 65 años a 6-10 %. Es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años.
CAUSAS:
La insuficiencia cardiaca, en general, se produce lentamente después de una lesión en el corazón. Algunas lesiones incluyen un ataque cardiaco, hipertensión no tratada o una válvula cardiaca enferma.
Las causas más frecuentes son las siguientes:
- Arteriopatía coronaria
- Ataque cardiaco previo (infarto de miocardio)
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Enfermedad valvular
- Enfermedad cardiaca congénita
- Miocardiopatía
- Endocarditis
- Miocarditis (infección en el corazón)
- Diabetes
SÍNTOMAS
En los casos más evidentes, puedes presentar varios síntomas, como los siguientes:
- Dificultad respiratoria
- Hinchazón de pies y piernas
- Falta de energía, cansancio
- Dificultad para dormir en la noche debido a problemas respiratorios
- Abdomen sensible o hinchado, pérdida de apetito
- Tos con mucosidad espumosa o flema
- Micción frecuente durante la noche
- Confusión
- Problemas de memoria